Hoy te ví nuevamente por el jardín,
caminabas pensativo y preocupado,
mis pasos me guiaron hasta ti,
te miraba de espaldas
y quise tu cuerpo sentir.
Una emoción enorme
abrigó mi corazón,
pensé que al andar por ahí,
era tu ilusión encontrarme a mí.
Tu aroma llegaba hasta mi alma,
llevabas tu libreta que siempre te acompaña,
aunque te ví cansado y demacrado.
Ví de repente cómo levantabas tu mirada,
alguien junto a ti llegaba,
una mujer mucho más joven que tú
tomaba tus manos y te besaba,
tú la recibías de manera desanimada,
apenas le sonreías
mejor dicho nada,
le empezaste a hablar...
ella perdió la calma,
oí entre el canto de los pajarillos
que ella te suplicaba,
pero tú diste media vuelta
y te marchabas.
Gran sorpresa fué
cuando me miraste frente a ti,
tus ojos brillaban,
parecían sonreír,
tus manos extendiste,
no me pude resistir,
era mucho lo que te amaba
y ahí estabas al fin.
Sentí cómo me abrazabas,
no me dejabas ir,
tus labios me buscaban,
un fuerte oleaje sentí,
mis brazos cedieron,
eras solo para mí
...y nos olvidamos del mundo...
y nos marchamos de ahí...
YOLANDA BARRY.