Hoy no quiero volver a caminar solo,
pues contigo he de recorrer mi camino,
amarrados por las cuerdas del destino,
hasta el rincón más lejano del polo.
Hoy renunciaré a la oscuridad del infierno,
pues la luz de tus ojos será mi guía,
alumbrando mis noches como el día
y entregándome calor en el frío invierno.
Hoy en el parque entre las bellas flores,
recibiré el aroma intenso de tu piel,
mientras me pierdo en hermosos colores.
Hoy te prometo serte siempre fiel,
siempre y cuando me devores,
con tus besos dulces como la miel.