TUS BESOS
Ebria sé quedó mi mente
con tus besos acabados de darme
en mi mejilla y en mi boca,
y mis jaculatorias se elevan
entre tus ojos de admiración.
Y sé que hoy me desperté
con un placer inolvidable
en todo mi ser, desde que nos acostamos
hasta que llegó el amanecer.
Todo es fuego en mi corazón
y tus manos inacabables
me rozaron toda mi templanza.
Sólo por ti, tus besos subsisten,
entre la paredes de mi habitación,
donde colmaré mi instinto de persona.
Siempre recordaré los besos recónditos
que me diste a lo largo de mi vida.
Rafael Molero Cruz