Ayer tuve un amargo sueño
una nube se poso sobre mi,
ya no existía el tiempo
y la distancia hacia ti
se hacia demasiado eterna,
mirando a la gente
a la tierra que sin remedio gira
trayendo cada nueva alevosía,
resulto que en la penumbra
de mi mente se ha posado
el fragor enardecido de la
inclemente noche...
después del delirio y la fiebre
sucumbieron las imágenes
del cuerpo mutilado desecho
y corroído por los gusanos del tiempo,
dibuje en el pecho la señal del adiós
sin despedida de ecos
solo el canto de la noche esbelta
seria testiga muda de la mustia
entrega de mi alma...
pero amaneció de nuevo
y tu luz de nuevo disipo
aquel manto sombrío.