Subir a la montaña más alta quisiera
y allí estar,
un momento con mi paz,
un momento con mi soledad;
donde nadie sea mi compañera
y la caricia sea solo del viento.
¿Palparán mis dedos las puertas del cielo?
¿Escucharé la voz del altísimo?
Vacilo de momento, me regocijo de repente,
porque más cerca de la montaña esta mi corazón
en los atrios de mi creador.