Quien era ese Señor?
que ahora ya lo llamaba de maestro!
Tal vez porque a un maestro se parecía,
me tenía impresionado
o porque hablaba con sabiduría.
No sé si por falta de memoria,
o por cualquier otra circunstancia,
no recuerdo haberlo visto
ni podía ver su rostro,
como quisiera ver su cara,
como quisiera verlo,
pero es como si no tuviera rostro,
y las cosas que me decía,
solo me llegaban,
y los cuentos eran como si ya los sabía.
Eran solo palabras
que no escuchaba pero que aprendía,
y todas las entendía,
aunque todo lo que hablaba era con sabiduría,
envueltas en historias de fantasía.
Sus palabras no las olvidaré jamás,
tocaban mi espirito,
estaban llenas de conocimiento,
el tiempo para mí no corría
ya no importaba,
total estaba perdido hace un buen rato,
y alguien me encontró,
cosa que no sé,
quien encontró a quien!
El frio el sol ni el viento
no los sentía,
sus palabras eran para mí un alimento.