te extraño, los atardeceres no son lo mismo sin el calor de tus brazos, sin el dulce susurro del latido de tu corazón en mi oído, mis ojos se pierden en el horizonte en busca de tu mirada clara, pidiendo a gritos ahogados tu presencia, aun cuando fuere solo un minuto nada mas, dejo el presente y me sumerjo en el largo viaje de los recuerdos, donde encuentro tu imagen desteñida con mis sentimientos enredados intactos como ayer, como hoy, como siempre.