¡Oh cuanto quisiera la noche azul
Encontrarse con el fastuoso día ¡
Ella haría lo que fuere y esperaría
Por dejar ese ligero lienzo tul;
Que lograra la luz identificar
Color negro y luz brillante,
Estrellas que le hacen compañía,
¡Oh cuanto diera claridad constante¡
Que solo tocará su cara fría,
Con su esplendidez el carbón
Dura la roca del diamante;
Producto del fuego vacilante,
Dentro del volcán de tu pecho,
Descansar sería un sueño fascinante.
¡Oh dueña de mi alma inquieta¡
Mírame como la luna sonriente
A la tierra en esa noche delirante.
Dónde se logró inspirar el poeta
Que volcó sus líneas flamantes;
La taciturna nota a los amantes.