Cada que tú te escondes, me muero de dolor,
Te alejas, vida mía, me niegas el placer
De contemplar el cielo, tu fantástico ser,
Y yo en lontananza, me muero por tu amor;
¿Por qué te escondes, bella? Me niegas el calor
De tu alma esplendorosa, tu cuerpo de mujer;
Yo sé que tú me quieres, que si me quieres ver
Pero algo te lo impide, tal vez algún temor;
Tu pareja me teme, no puede desconfiar,
Pobrecito es un ciego, si está muy junto a ti;
Pero, si mucho duda a mi te impulsará,
Perderá tu cariño y pensarás en mí;
Con sus absurdos celos, al fin, te perderá,
Y tú vendrás conmigo para hacerme feliz...