Izandro

Rosal

 

He sembrado tus rosas al pie del río,

Y enamorado, les he musitado un poema,

Arrullándolas en el invierno frío;

He percibido aromas de tallos fértiles,

Y los he juntado todos, en un frasquito verde,

Pretendiendo guardarlos todos, hasta el día en que tu llegues.

 

Hoy mi río, nuestro río,

Ha bañado con la bruma de su rocío,

Las suaves y tiernas raíces de tus dulces rosas;

Hoy les canto una canción de cuna,

A los botones de tu rosal,

Y son las niñas preciadas

Del amor, que para ti han de guardar.

 

El rosal de amor que sembraste en mi alma,

Ha rezado en silencio ante el cielo,

Y sus dulces rosas se han ruborizado,

Al notar tu amada mirada,

Dulce regalo de niña enamorada,

Preciado sueño de galán enamorado.

 

Las rosas tiernas que sembré en silencio,

Han crecido sin espinas y con dulce aliento,

Y entre zorzales y hiedras frescas,

Se yergue el aroma de tus flores,

Y la dulce tersura de tus pétalos,

Reaviva la esperanza de mis amores.

 

Tus hermosos ojos,

Tú amable y tersa sonrisa,

Tú tierna y amada palabra,

Tus rosas… tu rosal,

Mi amor por ti

Y el recuerdo del jardín al pie del río,

Donde rosas sembré,

En tu nombre… y en el mío.