Yo busco algún poeta que me guste,
que me haga liberar lo que yo siento,
que me invite a asomarme a su aligustre,
a asaltar sus almenas con gran fuste
y que acabe al final de sed sediento.
Leo a cientos y cada día encuentro
poco más que palabras y ocurrencias,
experiencias desnudas de talento
tratando hacerme ver, en vano intento,
que lo mío es soportar las penitencias.
No todo ha de gustarme, lo comprendo,
-que aunque ves al espejo, él no te mira-,
confieso que de todos algo aprendo.
De argamasa castillos construyendo,
el fortín al que el poeta siempre aspira.
¿Quién puede presumir? Ser los mejores
dependerá de aquel que a tí te lea
si coincide contigo en los sabores.
Las obras sin razón no son amores,
sea invidente o vidente quien lo vea.
©donaciano bueno