Vicente Martín Martín

Si supieras

Si supieras.

 

La tristeza y el tiempo o el tiempo y la tristeza –no sé el orden-

fueron tus adversarios;

                                     las paredes

se caían a trozos y el tejado

dejó que penetraran los parientes de Shakespeare a oficiar

las exequias de Hamlet

mientras tú

cada noche te hacías más distante, más tibia, más ausente,

anaqueles vacíos,

cenizas por doquier y un insultante

silencio entre los muros que esperaban en vano

tu regreso imposible.

 

Donde estaba la casa crece el muérdago y el viento sabe a ti,

donde estuvo la casa solamente

la soledad,

tú y yo,

porque nadie ha venido entre las palmeras de plástico recitando

en Cantar de los Cantares,

nadie ha abierto las puertas giratorias de un universo nuevo

ni ha rorado mis sábanas

ni ha oprimido mis labios con pecados nocturnos.

 

Miro a mi alrededor y sólo queda el paisaje,

los pájaros arriba

y la lluvia

cansada ya de tanto ir a al colegio.

 

Y tú fuera de aquí,

ay, si supieras…