En la brillante oscuridad del olvido
donde los recuerdos evocan desuso,
todo fluye y refluye sin resistencia,
como inmensa marea pendular de conciencia,
como vaivén serenamente agitado
para este viejo marinero de aguas dulces.
Acción y reacción, avance y retroceso,
baja y sube, sube y baja. Llega la noche
y le sigue el día, igual que la vida a la muerte,
igual que la muerte a la vida.
Mas la retentiva añora con lucidez apagada
las tormentosas calmas de la insolencia,
los besos agridulces del reencuentro,
la amarga desesperación de la despedida
y esas olas de amor, que estallan bravías,
contra el acantilado árido de mi sentimiento.
Cecilio Navarro 05/07/2015
Derechos de autor reservados
Comentario:
Intento surrealista sin métrica ni rima.