Tú esa niña insegura y pérdida en un mundo lleno de maldad y apatía.
Tú que iluminas la alegría de cualquier vagabundo deambulando por la calle, de cualquier hombre sediento en el desierto, de cualquier mujer perdida en el amor.
Tú que con esas locuras y ocurrencias llenas mi mundo de color.
Tú la niña de ojos verdes que cuando llora la magia, deslumbra ese verde que caracteriza cualquier montaña, ese rojo que junta a dos locos enamorados ese transparente que inunda mi alma.