GuillermoO

Conversación entre mi sombra, yo y mi muerte

 

Mi sombra se pasea mirando la noche que tiembla bajo la mirada de los ojos de miel de los muertos.

 

Son bravuras extremas de ella, que, como la evolución de un trompo, definitivamente fenece.

 

Leo en las palmas de mis manos el sabor de la nubes cuando lloran en invierno.

 

Es un llanto nostálgico que se abre mientras muero, porque mis plegarias extranjeras

no alcanzan al cielo, y mi corazón se enfría.

 

Entonces,

quiero destruírme pues los lagos de mis ojos desbordan en la soledad que yo me doy,  y que mi sombra acepta.

 

Ella podría defenderme, pero se queda quieta, mi sombra.

 

Una aviesa paloma construye su nido en mi boca.

 

Yo no lo apruebo,

pero no hago nada por salvarme.

 

Y ahora, pronto, acude la muerte,

tenaz, cenagosa.

 

Impávido, casi soñando,

yo la recibo como un niño.

 

G.C.

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