Nada puede compararse a tu risa
ni el sentir de un corazón saciado
ni un verso del compañero Machado
No, nada puede compararse a ella
que, como un faro por la noche
ilumina hasta las más grandes naves
que llegan aturdidas por los bares
Produciendo conflictos a un pensador
que antes de tener libre la mente
tuvo rojo el corazón