David Sin

Auriga

Nada puede compararse a tu risa

ni el sentir de un corazón saciado

ni un verso del compañero Machado

 

No, nada puede compararse a ella

que, como un faro por la noche

ilumina hasta las más grandes naves

que llegan aturdidas por los bares

 

Produciendo conflictos a un pensador

que antes de tener libre la mente

tuvo rojo el corazón