Siendo prisionero de las paredes de la realidad
empiezo a recordarnos juntos
aquellos días en sepia cuando nuestras piernas vagaban juntas,
aquellos días cuando nuestras manos de niños se rozaban sin querer.
Los días han pasado, hemos cambiado
caminos distintos nos han separado
en mi soledad con el sonido de mi reloj cierro mis ojos
deseando rebobinar el tiempo.
Quisiera que ambos supiéramos que hemos vuelto
y valorar nuestros sentimientos,
juntos construir un camino nuevo
el cual nos lleve de la mano por el sendero al que unos llaman vida.