Cuando pienso en lo que pienso,
me quedo sin pensar,
y fugan mis pensamientos,
como síntomas inapelables,
de confusa realidad,
en ese instante comprendo,
que tu existes,
no te conozco,
nada se de ti,
pero existes,
veo una golondrina pasar,
y su vuelo recorre mis adentros,
mi corazón y mi rostro,
semejan la inocencia de un niño,
pronto a sonrojar,
más no me contengo,
y no lo pienso,
nada tengo que pensar,
quiero acariciar sus alas,
y saber si eres tú.
Víctor Bustos Solavagione