Los días se hacen largos,
la ansiedad se ve en tus ojos
cuando miras a la cuidad llenarse de llanto.
Te arrojas a la cama,
y cuentas los días negros
como si fueran ovejas que te harán dormir.
Y solo quiere correr y correr,
tirar todo al precipicio
y correr, y correr.
Y mientras corres ves todos esos vicios,
esparcidos en todas esas colillas.
Tú, solo buscas correr y correr,
y esconder tu miedo en vagones,
donde las historias nacen
al mirar los paisajes perdidos,
de locos soñadores
que plasmaron en el andar de trenes
a la vista de las nubes.
Porque no queremos hablar de eso
y ponemos excusas para hacer la partida
y dejar historias grabadas
en el asiento de un tren.