Los aplausos han quedado sin su sonrisa
como el poeta muerto... desaparecido,
se vale extrañar viviendo en los versos
mis pies ya no andan más.
El mundo ya no es mi casa,
el mismo mundo que me vió amarte,
te visité y tristemente tu ser estaba ausente
frente a mis ojos nadie, tan solo en mi mente.
El estar ausente ha sido una cruz que he cargado
en lo que único que pesa es tu recuerdo,
baje hasta por debajo del azul océano
en donde Poseidón me negó el permiso de seguir.
Los espejos ya no me reflejaran,
el sol ya no marcará mi sombra,
solo y sin querer ser un recuerdo
ahí estaré... en donde la lluvia se besa con los rayos del sol...
Caminado entre la nada.