Besas con ternura mis ojos durmientes,
rozando con suavidad mi mejilla,
cual un océano de alta pleamar,
acariciando por entero la playa.
Miras hacia el distante horizonte,
mudos pensamientos
como un océano de marea baja,
abandonando antes del amanecer
su amante adormecida.
Me permites navegar dentro de tu corazón,
como las aguas cristalinas
y poco profundas
revelan las maravillas de tus íntimos secretos.
A veces percibo el temor de tu opaca profundidad,
extravío mi sendero,
perdido en el laberinto del arrecife
de tus encantos
Dominas una calma para amansar las olas más feroces,
como un océano en un día sin vientos,
transformas tensos sentimientos
a miradas serenas.
Tus llamas de rabia queman mi egoísmo,
una ola sísmica que naufraga un ignorante mundo,
destruyéndose con su abundancia de avaricia.