De sus dorados cabellos
Quede pálido y enamorado,
Eran trenzas de los dorados
Rayos, que hacían destellos;
Sumergido en su encanto bello
Pase las tardes de rojos colorados
Los insectos en sus resuellos,
Musicalizaban las cerdas
Sus patas, incitando aquellos,
Que son las hembras para ellos.
Como siempre la orquesta natural
En las noches suena las bandadas,
Los pájaros nocturnos su gutural
El canto rima con las alambradas,
Tocadas por el viento nocturnal.
Mientras aquello que evocaba
En mi interior la idea banal,
Del que se sumerge y extasiaba,
En la espera del pasivo el ideal,
Ese instante de poder pintar, usaba
La ventana con mis dedos dibujar.