Decidí ponerle nombre al amor
y suplicarle al viento conocerlo.
Decidí imaginar que lo escuchaba
decir mi nombre en el silencio.
Decidí responder con un beso
a unos labios que nunca existieron.
Y así es como fui cayendo…
…en ti.
…en tu enredo.
… en tus manos sosteniendo
mi mundo entero.
Y al final
(como al principio)
fuiste tú
la decisión
que no estuvo en mis manos
en ningún momento.
Y aunque diga que decidí no amarte
(y no es que no sea cierto),
me enamoré de ti…
…aún sabiéndote un sueño…
Carlos Alcaraz
3/05/09