Posiblemente sumergirse
en ese espacio refulgente,
nos trae, esa serena calma
de estar dentro y fuera del
universo, siendo un mero
espectador.
Y aunque los polvos dorados
esparcidos, se prenden
y apagan como latidos
titilantes, enmudecemos
y permanecemos
siendo tan pequeños ,
ante tanta inmensidad
Un cielo azul, lleno de
estrellas,
puede producir un éxtasis
de placer inolvidable
Sólo cuando miramos
al cielo