Alejarme por unos días
ha sido necesario hacerlo.
Por cuestiones un poco de salud,
y otra por refacciones del departamento.
Referente a la salud,
el hecho de estar mucho tiempo
delante de la computadora,
me trajo un leve problema cervical.
No puedo estar sentado
horas y horas del día
delante de la computadora.
Me va a venir bien
estar algo distanciado,
aunque sinceramente,
extraño mucho la página.
Este es mi presente.
Cuando exprese en la página,
será el presente en ella.
Muchos inconvenientes
se han presentado
en estos pocos días
que llevo fuera de Poemas...
Pero no quisiera reiniciar
mi reencuentro con ustedes,
quejándome por una u otra situación.
He de hablarles de un sueño.
Dicen que los sueños,
sueños son.
Pero yo lo he vivido
tan profundamente,
que, por segunda vez
en mi vida, quisiera que
nunca se fuese de mi mente
y mi alma, lo que he sentido
a través de este sueño.
Conocemos a través de imágenes
el rostro de Jesús.
Soñé con Él, un muy breve sueño.
Estaba ya acostado
a la una de la mañana.
Me dormí, soñé que Jesús
entró a mi habitación,
ésta se encontraba a media luz,
puesto que estaba encendido el velador.
Se acercó a mi cama,
me miró fijamente
con sus ojos piadosos.
No dejaba de mirarme.
Tenía en su cabeza
una corona de espinas.
Escuché en los pies de Él
un sonido que sonaba a líquido.
Era sangre... la toqué,
y su color se fue diluyendo
muy lentamente, hasta que se
convirtió en agua cristalina.
Volví a mirar su rostro,
y lágrimas tenían sus ojos.
Después, los cerró.
Desperté...quedé con
una extraña sensación.
De alegría, de tristeza, de poder
responderme con exactitud...
¿por qué este sueño?
Pero... la verdad,
soy inmensamente feliz...
soñé con Jesús.
Él habita en mi ser.
Están aconteciendo en mi barrio
sucesos extraños.
Es mi expresión... \"extraños\"...
son los asaltos y robos.
Pero suceden.
Jesús, no nos dejes,
quédate siempre,
para estar acompañados
por tu Santo Espíritu.
He tenido la necesidad
de relatarles lo que
acabo de hacer,
y así lo he hecho.
Hasta en mis sueños estás, Jesús.
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto- 10/07/2015)