Hoy,
escribo a la mujer,
libre, soñadora/ sin tapujos,
quien cautiva al mundo con sus ojos/
y la noche guarda en su negro mirar.
Escribo a la mujer,
la esposa -la amiga-
la madre, la hija/ la abuela.
quien en sus brazos cobija un nuevo amanecer.
Escribo a la mujer,
que ríe, llora/ baila,
canta/ vive –enamora-
que da todo, sin esperar nada.
Escribo a la mujer,
mártir, sumisa/ rebelde,
altanera/ bella, inteligente/
única –perfecta- mujer.
Escribo a la mujer,
hoy y para siempre/
porque es la musa, la diosa/
la Reyna -simplemente mujer-.