Cerrando mis ojos ,
te observo con más claridad ,
te sonríes , diciendo , no mires
mucho , porque mis mejillas ,
se sonrojan .
Y yo , decía , no puedo evitarlo ,
todo te admiro , y mis manos ,
no puedo detenerlas , tu cabello ,
tus hombros , me llaman .
Y yo , soy obediente ,
a esos llamados , y a la voz ,
de mi interior , que me dice ,
ámala , ella es . . . la que hemos dicho .