_Silvana_

Oda a la Luna

 

 

 

 Luna que te asomas por las noches

y entras por la ventana del cuarto

de pobres y ricos,

 de jóvenes y viejos,

en la guarida de los animales,

en mares y ríos;

a todos nos iluminas,

a todos nos llenas con tu luz color plata

combinada con ese toque mágico

que al caer la noche

fuera como si de repente todo se apaciguara

y tu entraras solemnemente,

con ese vestido plateado

que te pones para despedir al sol por la tarde.

     

Cae la noche y llegas con tu séquito,

tus damas de compañía

estrellas brillantes,

 los grillos anuncian tu llegada,

y con tu llegada se anuncia la hora de la cena

 y la hora de la siesta de los pequeños.

 

Luna que pasas el año ayunando y engordando,

a veces eres redonda

como las perlas del mar,

¡OH luna!

¿Por qué a veces desapareces

dejándonos solos en la oscuridad de la noche?

¿por qué te escondes cuando eres nueva?

y después eres como una rosa blanca

que se abre poco a poco

hasta convertirte de nuevo

 en una perla

que alumbra el oscuro mar.

 

No nos dejes más

¡OH luna!