En mi alma
el amor dolido,
tu rictus
trueno que despierta.
Tus besos ya no
huelen a los míos.
Arranca la paz de mi corazón
como ríos de piedras blancas,
mirando los ocasos veo
trocitos de mi vida, idos.
Vi luciérnagas, pero eran lágrimas
que con la luna brillaban.
Que fuerte el hielo de mis sueños
congela el mejor de los recuerdos,
no hay rayo dorado que despierte
ni anime este amor dormido.