Hermano
¿No ser, no estar, cuándo pasó,
en qué momento te perdí?
Por qué no supe que te mandaban llamar
y no era hora de volver atrás.
¿Por qué no escuché la campanada
y a tiempo te despedí?
¿No sé si era necesario decir algo
O, sí todo estaba dicho ya?
Rama del mismo árbol
Amor mamamos de los mismos senos
besos de los mismos labios.
¿Dónde se rompió…
la comunicación del mismo corazón,
del latido de tu alma,
y el latido de mi ser
para qué no te viera por última vez?
Fuego eras, yo simple viento
que un día dejaste de sentir.
Me vuelvo a mí…
Para perdonarme no porfiar
por tus abrazos que tanto desee
cobijaran de mi orfandad.
A ti busqué en mis noches de soledad
el hermano que creí me podría proteger,
fuerzas enemigas no te dejaron llegar.
Tu rostro tibio de mis manos se escapó
y al darte un beso de tu alma
escapó el último aliento…
Y entonces supe que ni mañana ni después
Te volvería a ver…
Que no hubo tiempo de decirnos adiós
Ni abrazarnos por última vez.
Sin palabras quedaron mis labios
Y solo quise recordar que me querías
Tanto como yo a ti…
Dichoso tú que vuelas en libertad
Mi alma en paz te deja ir…
No escuché su voz
pero Dios desde el cielo te llamó.
Alicia Pérez Hernández.
-No es la pluma la que escribe, es el alma-
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