Es media noche, y regresan mis demonios,
los fantasmas del olvido aprovechan el desespero,
de no tener tus dulces labios, ni tu mirada encantadora,
recordar pasados días, por la boca del olvido, de tu olvido,
y vivir de la esperanza, esa que regresa en mis sueños,
en mis noches de nostalgias, de recuerdos y de besos sin destino,
que camino a tu boca se congelan, ni el fuego abrasador de mis pasiones logra atravesar el páramo que divide nuestras vidas...
la neblina desciende, y lentamente cubre mis anhelos,
humedece mis ojos, y mi boca delirante piensa en tus labios,
en tu cuello y en tu cuerpo, recordando aquella noche en que fuiste mía por primera vez,
cuando entregaste tus deseos, e hiciste a un lado los temores,
esa media noche de locura y desenfreno,
dando rienda suelta a la imaginación, el único limite eran nuestros cuerpos extasiados de placer, bañados en sudor y aun con ansias de saciar nuestra sed...
una sed inagotable y por siempre perdurable.