Esta vida apesta, me decía aquel,
Pregunté ¿por qué? Por tantos problemas:
Dinero, no alcanza; pobreza, que abunda;
Mentiras profundas que surgen del alma
Ricos, tan hipócritas; curas, de mentiras;
Ocultas salidas que brinda la droga;
Hijos del maltrato, en fatuos caminos,
En campos perdidos viviendo explotados;
Y el afán de dar lleno de injusticia,
Y la hipocresía con impunidad;
¿Dónde se han quedado aquellos valores?
En esos rincones ya casi olvidados;
El noble trabajo, no se paga bien,
El querer saber, ya no es valorado;
Estudiar idiomas y computación,
El arte, un horror que nada te otorga;
Vivir de mercar la piratería,
En aquella esquina el placer banal;
En algún deporte, en alguna empresa,
Demandas que dejan mucho más al hombre;
Y en esta batalla, que no tiene fin,
Endiosar al mí, procurar la fama;
Amores comprados, sólo pasajeros,
Que no dejen duelos, sí ricos regalos;
Y así va la vida en pos del abismo
¡Cuánto hemos caído! ¿Qué larga agonía!
Y todo se muere se hunde en el caos
Estamos cansados, el mundo fenece;
Bendita esperanza donde te has metido
Perdido sentido en mundo sin alma;
Somos sólo náufragos sin ningún timón
En el mar de horror sin puertos ni faros;
Es triste morir todo solitario,
Sin ningún resguardo en funesto fin
Donde niños matan, secuestran y roban
Donde el mal aflora y crece la llaga.
Cuán verdad Tú dices: ¡ay de las mujeres
Con vida en su vientre! que el engaño críen,
Ya son estas épocas de arrepentimiento
De buscar sedientos la vida, la entrega;
Queridos hermanos, escuchen mi ruego,
Dejen el entierro y sigan sus pasos;
El Maestro llama a buscar amor
Pidamos perdón: pureza en el alma;
Que Jesús invita a ese convite
Tu esperanza vive, tu caridad siga
Y verás tu nombre en ese gran libro;
Serás el principio de otro mundo joven…