Jesús Lantigua

MALA PALABRA

La mañana de tus senos

me bendice, hoy, las manos

predicando entre mis labios

tu sed amplia de arrebatos,

en el fresco del espejo;

entre abrazos atrapados,

nuestros sexos se acarician

a la par que nos amamos

y tratas de ser obscena

en la siembra de mis brazos

con una mala palabra

que ilumina los orgasmos.