La luz del día me lleva al encuentro entre tu vida y la fluidez de aquella
mirada que evoca ese choque permitido entre el amor sofocado,
de tus instintos de mujer dulce en aquel ambiente de luces claras
en donde palpaste mis mejillas con esas suaves manos angelical.
Y los susurros de tu dócil voz entrecortan mis pensamientos
para solo hacerme soñar lejanos paraísos hechos para sentirte, en
el umbral del amor perdido que ha llegado imprevisto
como el rayo de la luz del sol entre cuento sutiles de amor.
Beso tu suave mejilla como el pétalo de la rosa que es brotada
del alba de ese azarado instinto del escozor sutil del amor,
son los minutos que impulsa y aceleran el tiempo para hacernos
sentir en aquel corto y sublime momento especial.
Aprieto tus manos con delicadeza para decirte en el silencio oculto
que no me quiero ir de tu lado y seguir escuchando las palabras
amenas hechas diálogo para solo entretenerme ante tus ojos,
disipados de ternura entre tumultos de gentes presentes ahí; Pues
deseo parar el tiempo y quedarme contigo llenos de felicidades.
RIVAS JOSE