Porqué Dios mío,
sigo la intención
de volar en sueños,
rumbo al cielo,
y giro sin parar,
como un remolino
que ultraja el encanto
de un amor perdido,
porque Dios mío,
si creo ser bueno,
la conciencia
me lleva al infierno,
porqué Dios mío,
tarde me arrepiento,
sin regreso válido,
de lo mal vivido,
porque Dios mío,
le rehúyo al espejo,
no lo sé,
pero es mi castigo,
porque Dios mío,
dejé todo en el camino,
y hoy tengo
el corazón vacío.
Víctor Bustos Solavagione