Amor, ¿qué voy a hacer con tanta ausencia?
Esa enorme antiflor que, transparente,
desampara mi boca penitente
de tu lengua invasora. ¿Qué indecencia
revivir el gozoso desatino?
Desparramados trapos por el suelo
gimiendo quieren contemplar el duelo
de dos arcángeles ardiendo en vino
y rosas. ¿Qué mortales días volaron
por la turgente fruta de tus dedos?
¿Adónde iré esta noche con la sombra
de los rudos atletas que cruzaron
espadas entre el éxtasis y el miedo?
¿Qué caracola férvida los nombra?