31.
LA VAQUITA
Un sabio paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vió a lo lejos un sitio de apariencia pobre y decidió visitarlo.
Llegando al lugar constato la pobreza y a los habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas rasgadas, sin calzado. Entonces se acercó al padre de familia y preguntó:
-\"En este lugar no existen posibilidades de trabajo, ¿cómo hacen para sobrevivir aquí?\"- Preguntó el anciano sabio.
-\"Amigo, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo\"-. El señor respondió.
El sabio agradeció la información y se fue. En medio del camino, le dijo a su discípulo: \"Busque la vaca, llévela al precipicio y empújela al barranco\". El joven le cuestionó sobre el hecho. Pero cumplió la orden al fin.
Así que empujó la vaquita por el precipicio y la vio morir. Tiempo después el joven agobiado por la culpa resolvió regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia.
El joven se sorprendió cuando vio la casa remodelada, entonces le preguntó al señor dueño de la vaquita: \"¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida\".
El señor entusiasmado le respondió: \"Nosotros teníamos una vaquita que cayo al precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, y así alcanzamos el éxito que sus ojos ven ahora\".