Contigo creceré
en la madrugada,
alimentado en la sed
de tus mañanas,
en el despertar rotundo
de tus ojos
que aun de lejos
me iluminan,
recordando siempre
tu voz de noche,
tu voz de ecos repetidos,
canción feliz para mis oídos.
Iluminado estoy,
consciente de la vida
que ofreces
con tus manos,
manos de pétalos
y olores finos
que penetran en mi sueño,
y en mi siento la caricia
de la brisa que me trae tu rostro
que viene siempre con
el olor a playas
de tu corazón.
Te amo,
y al amarte me renuevo,
me revivo en la paz
de sentirme amado,
sabiendo que tu pensamiento
y el mio se encuentran
en la sintonía de la vida,
más allá de mi,
más acá de ti,
en ese sitio que tu y yo sabemos,
cómplices felices
de este amor que se eleva
por sobre nosotros mismos.