ALVARO J. MARQUEZ

MI HISTORIA

\"El poeta decide con lo que escribe/ lo que será el amor en un segundo,/ tendrá la alegría del que sobrevive/ o la agonía de un moribundo\".

 

Nació el varón, en la familia hubo alegría,
celebraron parientes cercanos y a distancia;
alguien que muchísimos poemas escribiría
comenzaba apenas a disfrutar su infancia.

Aún no sabía de arco iris, de bellas auroras,
detalles inocentes provocaban risas, llantos;
“de adulto será poeta” dirían unas señoras
y que escribiría poemas, sin saber cuántos.

Fue creciendo el que llorón había nacido,
feliz entre muestras incesantes de cariño,
ya escribía versos que hablaban de olvido,
la historia la estaba escribiendo un niño.

Existían dos cuadernos con versos escritos,
cartas a amores frustrados o correspondidos;
los sentimientos empezaban a verse infinitos
y todas sus letras a hacer vibrar sus sentidos.

Al amor le dedicaba todo lo que componía,
habiendo más temas, era corta su existencia;
que su mundo era sólo de amor quizá suponía
y amaba con el alma, entrega total de su esencia.

Pasaban los años, en sus letras hubo más temas,
algunos ya con un tono desafiante, irreverente,
se percibía más pasión y deseos en sus poemas
y la historia entonces la escribía un adolescente.

La vida ya como un gran desafío se le mostraba,
crucigrama de enigmas horizontales y verticales;
una historia de amor se inició y otra terminaba,
en versos que nunca provocaban efectos iguales.

Poemas de adolescente, de amor sin tener edad,
timidez, temor al rechazo, miedos de juventud;
algunos, odas a la tristeza, otros a la felicidad…
escribir con sentimiento era su defecto o su virtud.

Un corazón de tanto escribir se estaba abriendo,
la esencia se dejaba ver y nada quedaba oculto.
era el mismo bebé aquél que estaba naciendo,
pero ahora esta historia… la escribía un adulto.

Llegamos al presente, con alegrías y tristezas,
el niño que poeta quería ser, como tal se exhibe;
pero hoy le faltan pedazos a este rompecabezas
y la historia… ya no se sabe quién la escribe.

Van pasando los años, más y más lejos el ayer,
hay cosas de la vida que amo y otras que detesto;
cuando muera que la historia mía se pueda leer…
y luego que sea Dios, quien me escriba el resto.



Poema original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
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Twitter: @poreros
Publicado el 14/7/2015
Imagen: De Google