Al quedarnos muy solos en la vida
No queda otra virtud, sino la fe;
Hartos de preguntarnos el porqué,
Procuramos hallar esa salida,
Escala celestial tan bendecida
Pues llena de alegría lo que fue
Ese largo penar, ¡cuánto lloré!,
Confiando en la verdad, camino y vida;
Debemos de buscar al interior
La voz que nos dirige en el sendero,
Debemos despertar aquel amor
Que nos legó la luz del haz primero,
Hechos a la imagen del Creador:
Y con Él, por su amor, regresaremos…