boris gold

ENTRE JURAMENTO... Y CATEDRAL

El reloj maldito, ya marca las siete

siempre a las corridas...para así llegar

a la hora justa, fichando a desgano

no me queda otra...hay que trabajar.

 

Hoy estreno algo, un nuevo libreto

la puerta del subte apenas se abrió

almas diferentes, destinos iguales

quedamos de frente...y algo pasó.

 

Sus ojos tenían un dejo tan triste

su carita hablaba, de algo singular

un perfume suave con olor a playa

era una ola...que buscaba un mar.

 

Nunca se me hizo, tan corto el trayecto

el convoy llegaba presto a CATEDRAL

quise retenerla, decirle mil cosas

un descuido apenas...y ya no está más.

 

Fue pasando el tiempo, añoraba verla

¿ que mano traviesa la puso en el tren?

le pedí al cielo, que se apareciera

dulce pasajera...en cualquier andén.

 

Pero quién te dice, que el destino incierto

siempre en movimiento como un carrusell

con su loca magia, invente una cita

apuesto mis ganas...yo quiero creer.

 

Al subir al subte lo vi tan distinto

la gente riendo, resurgió el color

se los nota alertas y esperan con ánsias

que esta historia sea...un himno al amor.

 

Boris Gold

(simplemente…un poeta)