Felicidad verdadera que emana del interior,
de ese sincero candor y la amistad sincera;
la felicidad serena, vivir con cordialidad,
el procurar la verdad y un alma pura y buena;
es jamás ser presuntuoso, sin ambición ni egoísmo,
el siempre ser uno mismo, siempre amable y afectuoso;
es, en fin, dar lo mejor a todos nuestros hermanos
siempre unidos de las manos por un auténtico amor;
felicidad verdadera, que nos llena de alegría,
borra la melancolía y deja de ser quimera
porque es la realidad de mis queridos amigos
que son vivientes testigos de nuestra fraternidad...