Calesita de mi barrio
la que activa mi emoción,
llegaré con mis recuerdos
hasta el reino...del amor.
Caballito que contigo
tantas veces cabalgué,
no me digas que te fuiste
para nunca...más volver.
Te confieso que si un día
el pasado vuelve atrás,
lloraré de puro gozo
de alegría...nada más.
Pienso, tal vez estás lejos
descansando tu vejez,
vieja amiga te lo pido
no te olvides...de esa vez.
Pero si Dios te despierta
y a mi calle has de volver,
dale, cuéntale a mis nietos
que en tu avioncito...volé.
Todo es posible, la magia lo pudo
me saqué la sortija y volví al ayer,
musiquita linda, escucho contento
déjame soñar...que te vuelvo a ver.
Pero nunca habrá distancias
para llegar con nostalgias,
a los brazos cariñosos
de tu arrullo acogedor,
dando vueltas y más vueltas
junto a los chicos felices,
y al son de tu musiquita
lo que vale...es el candor.
Hoy que tengo los bolsillos
tan llenos de tanto luto,
por la muerte de aquél pibe
y el adiós del carrusell,
este adulto entrado en años
te ofrece como en ofrenda,
unas lágrimas sentidas
por mi infancia...que se fue.
Boris Gold
(simplemente…un poeta)