Ella respira pausado deseosa de mis labios,
Unidos a su aliento cada latido es el brío,
De sus suspirados besos.
Evoco sus ojos soliviantando mi tez cuando me mira,
Por esos hermosos ojos que hasta mi alma suspira.
Suspiros que forjan mi solvento,
Me llenan de alegría y son mi más poderoso sustento.
Y en el momento de nuestros besos la noche se detenía,
Confabulada con la luna la penumbra y la brisa.
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