Yo escribo versos en cualquier momento,
es algo que me agita y me transforma
pues siento un mundo de voces y formas,
Incesantes acudir al pensamiento...
Antes creía que la pasión sublime
que ardió en mi pecho, fustigo la mente
mas hoy, herido de angustia, indiferente,
la mente dicta, cuando el pecho gime...
En aquellos versos que marcaban trazos
de toda aquella dulce historia que vivía,
cuanta inmensa emoción me transmitían,
bellos momento de besos y de abrazos.
Más hoy, que el fuego del amor primero
por el tiempo se agota, moderado,
los retoños de ese amor que Dios me ha dado,
en ves de dicha, me hieren traicioneros...
Y nuevamente se llena mi sentido
de voces y de formas que me acosan,
pareciera que se burlan y gozan
de hallar mi corazón triste y herido...
Y así, el extraño verso va surgiendo
tan solo porque así, estando impreso,
se calla ese clamor, solo por eso,
los gritos del dolor voy escribiendo...
Después, como entonces, al leerlos,
en lugar de extasiarme blandamente,
se me empañan los ojos, lentamente y,
me asaltan deseos de romperlos...
Triste final de todas las quimeras,
honda inquietud de pavoroso drama,
hoy una voz del infinito exclama...
¡es tiempo de llorar, aunque no quieras... I