sobre centellas ni confusos jardines,
tampoco es necesario que viajes planetas
con tus alas bellas y flexibles.
Es mejor la parte que te sostiene
sin concebir esta de serafines,
si así la fuente es más despierta;
no sea yo el que la divide.
Para ti soy de un color
y aunque no lo sea lo defines,
con tu voz de ángel sol
y tu luna del crimen.
Escondo de tu luz mi sombra
que brilla después en los confines...
de la ventana con suspiro esponja
de mentes que siguieron firmes.
La única razón increíble
que lucho feroz contra duendes
con unicornio corazón...
por libertar sin lastimar
tu pura sensación sentimental.
Más no seré jamás quien soy
en tu frágil y enjaulada emoción,
cuando por ignorar la realidad
comprimes mi ser en uno total;
y exilias el dos.
Pero no eres tu reja de mi aliento,
ni barco eh incluso mar...
soy la membrana bestial que arropa tu cuerpo;
y del tornasol un pis píleo espectral.
Y me cobijo en tu salvación
que de amor puede matar,
con la tétrica ola de un fuego
y la espina envenenada dorsal.
Es un alivio tu indiferencia
por el necio que ha medido,
que si te dieras del universo cuenta
quizás el misterio sea devaluado y sin sentido.