Del viento que mueve las hojas
Me quiero dejar llevar volando,
En mi requiebro hoy que ando
Su perfume dulce que sonroja.
Más sabe ella de mí pensando
Estoy también en sus lisonjas,
De su amor grácil me antoja
Tocar su pelo desde cuándo;
Respiración venga de su boca
Con sus marrones ojos erizando,
Vienen a mi mente y se evocan
Cuando mi manos su cuerpo tocan.
¡Ah quisiera ser piedra, roca
Resistir lo cruel que desgastando!
Su dureza me viene alimentando
Rechazo con salvaje furia loca,
Si llegó a mi vida caminando
Quedó en mi casa aguardando
Estoy, la cereza que es su boca
Alimenta soledad y me toca.