Las olas vienen y van. Me recuerdan el vaivén de la vida.
El sol comienza a hacerse presente con todo su vigor.
Gente que va y viene, escucho sus conversaciones existenciales, risas....voces de diversos matices en una playa lejana del Mediterráneo.
Poco a poco se comienza a llenar la playa. Las sombrillas de diversos colores comienzan a dar vida al paisaje.
La brisa suave y seca danza de un lugar a otro. Miro el mar y mi mirada se pierde en el horizonte lejano.
Un barco veo a lo lejos. Impávido desafía las olas y se abre paso al infinito.
Las nubes, copos de algodón blanquísimos, flotan en el amplio cielo de color celeste mañanero.
Observo cada detalle queriéndolos plasmar en mi mente escritora. Material que algún día, (es mi más grande sueño) quedará expresado en una obra.
Hay quien dice que si quieres que un sueño se haga realidad, tienes que pensar en positivo, querer realmente ese sueño y este se realizará. Luchando obviamente por la realización del mismo.
Confieso que hay momentos que pierdo la esperanza y entro en el túnel oscuro de mi lado débil, ese donde reina mi complejo de inferioridad; donde hacen orgías los fantasmas de mi pasado, esos que me hirieron en mi más tierna infancia. Lugar en que la soledad me canta su canción de cuna, abrazándome con sus huesudos y gélidos brazos, mientras la conmiseración y el victimismo me sonríen a lo lejos.
Alguien me dijo, una gran amiga a quien admiro y quiero, Anabel: \"tu peor enemigo eres tu mismo\" Palabras santas. Amigo es quien te dice también las cosas que no quieres oír y te hieren por su carga de verdad.
Miro de nuevo el mar inmenso y me digo: \"quiero seguir luchando aunque la lucha dure toda la vida. Se aprende más de los fracasos que de los éxitos\".
Cierro mis ojos y me concentro en esas olas que vienen y van, recordándome el \"de venir\" de la existencia.