Al pueblo de Dios maldijo
Y a Cristo desconoció
El poder que éste le dio
Por ser su unigénito hijo.
Llamó a Jesús mentiroso
El seguidor de Satán
El chafarote patán,
Presumido y vanidoso.
Pero cuando iba a morir,
De una cruel enfermedad,
Clamó a Cristo: por piedad,
Señor, déjame vivir.
Y por Jesús no fue oído
Por ser falso su clamor.
No pudo pedir favor
Sin haberse arrepentido
De tanta maldad causada
Al pueblo venezolano.
Ese siniestro tirano
De mente vil y malvada.