Pavel Gurrola

Te llevaste

Se me está volviendo costumbre tu ausencia 

cada vez más diestra,

solo me quedo mi sonrisa fría

y los versos retorcidos de tu pluma.

 

Recuerdo el sabor de mis labios de nuevo 

la esencia de tus besos se ha marchado

mi piel se puso pálida y tibia 

ya no tiene el color rojizo a tus caricias.

 

Te llevaste el gemir de tus latidos 

la poesía de mis manos

y se te olvido tu llanto

entre las arrugas de mis dedos.

 

Dejaste colgado el vestido de amante

que ponías sobre mi cama

el sonido de tus pies desnudos en el cajón 

y te marchaste.